miércoles, 30 de enero de 2008



CONTRASTANDO



Ái va la burra al trigo

Soy hija de dos sesentaiocheros guerrerenses.
¿Qué me pueden hablar a mí de revoluciones y rebeldías?
No es que quiera dármelas de nada.
Sólo quiero que sepas -impasible improbable lector, o sea invatible O comments-
que simpatizo con ese rollo y que no me imagino ni loca metida en algo que favorezca
la explotación, la humillación, la injusticia, la corrupción, el crimen autoritario
o las lindezas del neoliberalismo globalizador.

Pero el punto está en que no por eso estoy de acuerdo con el
viejo, cada vez más vetusto discurso revolucionario.

¿A qué viene toda esta perorata?
A que acabo de leer una entrevista que le hicieron en La Jornada Semanal
a la vieja luchadora política y artística Margaret Randall.
Neta que la aprecio y mis respetos por ella.
He tenido en mis manos ejemplares de El corno emplumando,
la revista que sacaba en los 60's con Sergio Mondragón
y puedo calibrar la labor que hicieron en un momento tan difícil.
También he seguido algunos de sus episodios en la lucha por los derechos
de la mujer y por el feminismo en general y también me quito el sombrero.

Pero lo que no me parece bien,
y lo digo ahora al inverosímil lector,
es que no renueve el rollo, el proyecto, la propuesta de lo que se debe hacer ahora.

En su análisis de la desoladora derrota que sufrió su generación
y que hemos heredado nosotros
no hay una sola palabra que demuestre la conciencia
de que lo sucedido no sólo pudo deberse a la represión y al gran poder de los poderosos.

La burra va una y otra vez al trigo
de la explicaciones trilladas,
de los análisis que no analizan nada en su fondo radical
y sólo facilitan las cosas a la repetición de viejos rollos.

Nuestros antepasados, tan gallardos ellos, tan orgullosos de sus luchas
no están en posibilidad de negar que no conquistaron ni consiguieron
casi nada de lo que se propusieron.
Una derrota total, en toda regla, pues,
y la causa fundamental, creo yo -que no soy ninguna analista, ni experta
en estas cosas y supongo que en nada- no puede sólo ser
que la derecha y las fuerzas vivas les dieron hasta por debajo
con gerras sucias y limpias,
con medios de comunicación coptados y
con camapañas de apendejamiento y amansamiento de la raza
(los trabajadores, los estudiantes, los jóvenes,
las minorias perseguidas y el etc que se le quiera agregar)

Todo eso exisitió y sigue existiendo
pero no sería suficiente si se topara con la pared
de una nueva clase de gente,
con otra mentalidad, con otra ética,
resistente al consumismo y a los valores que promueve el capitalismo salvaje.
Por ejemplo, no concibo a nadie que se diga revolucionario
que consuma las bebidas de kola y las gaseosas con que están
empozoñando a los pobres de todas las edades.

Quien tiene necesidad de una porquería así para vivir
vive en la onda que le interesa a los poderesos.
No lo digo por puritanismo
-que de eso no tengo ni el más minimo asomo-
No sé cómo decirlo
porque no soy una política experta, ni socióloga, ni analista
pero si sé que sólo gente de otro temple podrá hacer algo por
este mundo que se está cayendo a pedazos
en medio de un mar de mierda y contaminación.
Y creo que es a crear esa gente de ese nuevo temple
a lo que debemos dedicarnos.

Dice también la Randall
que una de las causas más dañinas de la debacle de
los 60's y 70's y todavía más acá fueron lo que ella
"las luchas intestinas" entre las gentes y grupos que estaban metidos en
la bola x, y, z.
A mi se me hace que debió ser una lucha en los intestinos
y no una verdadera lucha intestina,
que quiere decir una lucha adentro.
Adentro de cada quien, pues.
Sin una transformación radical de cada quien
no podemos esperar cambios importante en la sociedad.

La Randall y los de su onda
no dicen una palabra sobre esa
lucha interior,
la más difícil,
pero la más imprescindible y urgente.



ALGO HUELE A PODRIDO EN... CIUDAD JUÁREZ

Más muertas en Juárez

Lo de Ciudad Juárez
-ya se sabe-
no es que huela a podrido
sino que es la mera peste,
la pútrida encarnación de la peste en sí.

Cuando hasta el propio José Luis Soberanes,
el dizque mero-mero de los derechos humanos en México
-je, je, después de sus actuaciones en el caso de los soldados violadores-
dice que de enero de 2004 a enero de 2008
se escabecharon a 89 mujeres,
y que la carnicería sigue
porque lo que sigue habiendo es negligencia
y el dizque preciso ni siquiera
no ha abierto la boca,
más como gesto de indolencia o desinterés o güeyez que de prudencia,
es como para imaginarse lo verdaderamente podrido que está el asunto.

Somos la vergüenza de América, la pena ajena del mundo,
sobre todo por pestilencias mortales como ésta,
pero aquí nadie de arriba mueve un dedo
y los de abajo ái seguimos
en la impotencia.

¿Para qué grito más, si no veo luz, ni siento el eco?


PERFILES DEL LOBO

Mi lobo/loba


Mi verdadero lobo
es el espíritu del lobo,
no un lobo de carne y hueso.
El espíritu del lobo
no es ni lobo ni loba
sino todo lo contrario
y puede verse como la unidad de lo lob@
que encarna en uno
como lo que es en su momento.
Y yo me siento más loba que otra cosa,
por las dudas.

A lo peor las fotos y mis palabras de mi entrada de ayer
confunden al no-alguien que nunca leerá estos rollos,
pero por si tiene lugar un milagro totalmente inesperado
aclaro que mi lobo de adeveras es una loba.
Me cae que soy capaz de amamantar
a Rómulo y Remo si se ofrece,
pero también de partirle la... qué barbaridad (simbólica y combólica)
a los machines y falócratas del tipo que sean,
cuando se ofrezca.

Una loba
que me da fuerza como mujer,
el arrojo suficiente,
la gota de coraje necesaria
para vérmelas en medio de este mundo
falocrático
donde no niego que hay tipos chidos
con los que vale la pena el llegue afectivo,
pero abunda más el machismo
en una inagotable variedad de pendejez, sordidez y mala onda.


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LOBO, ¿CÓMO SÉ QUE ESTÁS AHÍ?
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INCONFORMIDAD DE LA LOBA
(O fe de erratas desde la buena fe)
La entrada de ayer me pareció
un desastre
en la parte de diseño.
Soy una bloguera novata y me faltan muchas tablas
en esto de la organización de los textos en el espacio de mi blog.
No sé cuádo aprenderé.
Mientras tanto,
mil disculpas por los errores
y malhechuras involuntarias.
Lo importante es lo que digo y el sentimiento con que lo digo.
Que el/la bendit@ lob@ les dé a tod@s dulce compañía.

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